¡Por supuesto! El mantenimiento de un reloj mecánico es importante para garantizar su precisión y prolongar su vida útil.
Debemos comprender que el mantenimiento del reloj se debe realizar como método preventivo, y no esperar a que el reloj se averíe.
La principal función del aceitado y engrasado de un reloj es reducir al máximo la fricción de las piezas, evitando el desgaste de las mismas.
Por eso se debe hacer ese mantenimiento antes de que los aceites y grasas se deterioren o se sequen.
Los principales fabricantes advierten que a partir de los seis o siete años los aceites y grasas pierden sus características lubricantes, y por tanto ese es el plazo adecuado para realizar los mantenimientos.
Aquí te muestro los pasos básicos para realizar el mantenimiento de un reloj mecánico:
- Apertura y separación de componentes principales: El primer paso es desmontar los principales componentes del reloj: brazalete, agujas y esfera y máquina.
- Búsqueda y reparación de fallos: Se analiza meticulosamente el mecanismo del reloj buscando y solucionando los posibles fallos.
Si es necesario, se realiza un prelavado de la maquinaria para poder observar correctamente los fallos. - Desmontaje de la maquinaria: Se desmonta cuidadosamente el reloj y se separan todas las piezas..
- Limpieza: Una vez que se han desmontado todas las piezas, se deben limpiar cuidadosamente con solventes especializados para eliminar cualquier suciedad o polvo que pueda interferir en su funcionamiento.
El proceso de lavado habitual consiste en un lavado a mano para quitar la mayor parte de grasas y aceites secos, se limpian los rubíes y buchones de latón con palillos de bog, y finalmente se procede al lavado en lavadoras especiales, con diferentes productos antigrasa, ultrasonidos, secado con calor… - Ensamblaje y lubricado: Cuando ya se han limpiado las piezas, se deben volver a ensamblar cuidadosamente en el orden correcto, asegurándose de que estén correctamente alineadas y encajadas.
Se lubrican con los aceites y grasas correspondientes y las cantidades necesarias, sustituyendo las piezas defectuosas.
Habitualmente se utilizan no menos de siete aceites y grasas diferentes en la lubricación correcta de un reloj.
Se colocan también la esfera y las agujas, comprobando su perfecta alineación y se comprueba el perfecto funcionamiento de las diferentes complicaciones: calendario, cronógrafo, alarma… - Ajuste de la marcha: Se desmagnetiza la maquinaria y se ajusta la marcha a los parámetros correctos.
- Encajado: Se procede a montar de nuevo la máquina dentro de la caja del reloj, que previamente se ha limpiado en lavadora de ultrasonidos.
Si el cliente lo ha pedido, la caja y el brazalete se habrá pulido para restaurar su aspecto al original de salida de fábrica.
En este paso se cambian también juntas y la corona y pulsadores si fuese necesario. - Comprobación: Llegado este punto, se comprueba que funciona perfectamente: que la reserva de marcha sea correcta, que la marcha es la adecuada, que los relojes automáticos carguen perfectamente…
Tras uno o dos días, se retoca la marcha si hiciera falta.
Se comprueba que el reloj sea hermético según las características propias de cada reloj.
Independientemente del mantenimiento integral del reloj, se debe comprobar al menos una vez al año el hermetismo del reloj.
Es importante señalar que el mantenimiento de un reloj mecánico debe ser realizado por un relojero profesional con experiencia.
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